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Cómo preparar una merienda en el jardín para dar la bienvenida al buen tiempo

Con la llegada del buen tiempo, apetece más que nunca salir al jardín y disfrutar de los pequeños placeres al aire libre. Organizar una merienda en el exterior es una forma ideal de celebrar el cambio de estación, de reencontrarse con los amigos y de desconectar de la rutina. 

No necesitas mucho para crear una experiencia especial: un poco de planificación, buen gusto y ganas de compartir. Y si quieres apostar por la comodidad, los sofás puff son una opción excelente para crear un rincón relajado, ideal para este tipo de encuentros informales pero con mucho encanto.

Además, si buscas dar un paso más allá en confort y diseño, puedes incluir algún puff con respaldo, perfecto para quienes desean mantenerse cómodos durante horas de charla, risas y bocados deliciosos. En este post te contamos cómo preparar una merienda inolvidable en el jardín, con ideas sencillas, asequibles y efectivas para dar la bienvenida al buen tiempo con estilo.

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1. Crea un ambiente acogedor y lleno de encanto

La primera clave para que tu merienda en el jardín sea todo un éxito es conseguir una atmósfera que invite a quedarse. No hace falta tener un jardín enorme ni hacer una gran inversión en decoración. Con algunos detalles bien seleccionados puedes transformar cualquier espacio exterior en un escenario encantador y acogedor.

Empieza por definir una zona específica para la merienda. Puedes utilizar alfombras de exterior, manteles grandes o incluso palets decorados como base sobre la que colocar cojines y mesas bajas. Una buena idea es jugar con distintos niveles de altura y texturas, combinando mantas, cojines y mesas auxiliares para dar dinamismo al espacio. Las guirnaldas de luces cálidas, los farolillos solares y las velas dentro de tarros de cristal son elementos sencillos que aportan una iluminación mágica al caer la tarde.

La naturaleza puede ser tu mejor aliada. Añadir flores frescas en pequeños jarrones, usar macetas con plantas aromáticas como centro de mesa o colocar cestas con frutas de temporada dará color, frescura y un aire muy primaveral. Si tu jardín tiene árboles, puedes colgar decoraciones ligeras como pompones de papel, cintas o pequeños móviles que se muevan con el viento.

No te olvides del confort. Asegúrate de que cada invitado tenga un lugar cómodo donde sentarse, ya sea en sillas, bancos, cojines de suelo o muebles de exterior. Cuanto más cómodo sea el entorno, más relajada será la merienda.

2. Diseña un menú ligero, sabroso y visualmente atractivo

Una merienda en el jardín pide alimentos que no solo sean ricos y frescos, sino también fáciles de preparar y servir. La clave está en ofrecer variedad en pequeños formatos, de forma que cada persona pueda probar un poco de todo sin complicaciones.

Comienza por una selección de quesos, embutidos suaves y frutos secos, dispuestos en una tabla de madera o en bandejas rústicas. Puedes acompañarlos con mermeladas caseras, uvas, higos secos o pan de nueces para añadir un toque gourmet sin grandes esfuerzos.

Incluye opciones saludables y coloridas como vasitos individuales con hummus y crudités (zanahoria, apio, pimiento), ensaladas en tarros de cristal o tostas con aguacate y tomate cherry. Las brochetas de frutas, los pinchos caprese (tomate, mozzarella y albahaca) o los sándwiches enrollados también funcionan genial para este tipo de eventos.

Para el toque dulce, apuesta por repostería casera o de aspecto artesanal: bizcochos, magdalenas, galletas decoradas o tartaletas de frutas. Si hace calor, los helados en formato mini o los polos de yogur con frutas naturales pueden ser un detalle fresco y divertido.

En cuanto a las bebidas, lo ideal es ofrecer opciones refrescantes y variadas. Prepara una jarra grande de limonada con hierbabuena, té frío con rodajas de cítricos o agua aromatizada con pepino y fresas. También puedes incluir una opción con un toque de alcohol suave, como sangría blanca o vermut con hielo y naranja.

Un buen truco es disponer todas las bebidas en una cubitera o bandeja con hielo y vasos ya preparados, para que cada invitado pueda servirse con libertad.

3. Cuida los detalles que convierten lo cotidiano en especial

Muchas veces, lo que realmente transforma un encuentro sencillo en una experiencia para recordar son los detalles. Y lo mejor es que no tienen por qué ser complicados ni costosos.

Uno de los detalles más valorados es la música. Prepara una lista con canciones suaves y alegres, ideales para acompañar la charla sin molestar. Estilos como el folk, la bossa nova, el jazz instrumental o el pop acústico encajan perfectamente con el ambiente relajado de una merienda al aire libre.

Si hay niños entre los invitados, puedes organizar una pequeña zona con actividades para ellos: juegos de jardín, materiales para pintar o burbujas de jabón. Así se entretendrán mientras los adultos conversan.

También puedes jugar con la papelería y los mensajes decorativos: escribe frases inspiradoras en pequeñas pizarras, tarjetas o etiquetas colocadas sobre la mesa. Otra idea bonita es preparar servilletas de tela atadas con cuerda natural y una ramita de romero o lavanda como detalle.

Para cerrar la merienda con un momento especial, reparte a tus invitados un pequeño obsequio: una bolsita con galletas caseras, un bote de mermelada o una macetita con una planta aromática. No solo será un detalle bonito, sino que también se llevarán un recuerdo de ese día.

Y por último, juega con la iluminación si el encuentro se alarga. Las luces tenues, las velas protegidas o las lámparas solares aportarán calidez y harán que tu jardín se vea aún más mágico al caer la noche.

4. Disfruta del momento: lo más importante eres tú y tu gente

Preparar una merienda en el jardín no tiene que ser un evento estresante ni demasiado elaborado. Lo importante es el cariño con el que organizas las cosas y el ambiente que consigues crear. No te obsesiones con que todo esté perfecto. Lo más valioso será la conversación, la risa compartida y ese pequeño descanso del día a día en buena compañía.

En este post te hemos dado ideas prácticas para montar una merienda en el jardín que combine comodidad, sabor y estética sin complicaciones. Ahora te animamos a que lo pongas en práctica, a tu manera, con tu toque personal. Porque cuando el sol vuelve a brillar, lo mejor que podemos hacer es celebrarlo con los nuestros, en un entorno cuidado y con algo rico entre las manos.

¿Te animas a organizar la próxima? ¡El buen tiempo lo merece!

 

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