Carrito
No hay productos en el carrito

Recetas reconfortantes para días de bajón

Hay días que se hacen cuesta arriba, donde lo único que apetece es acurrucarse en el sofá, envolverse en una manta y dejar que el mundo siga girando sin nosotros. Para esos momentos, nada como sentarte con una taza humeante en la mano y una buena serie mientras te relajas en tus bags bean favoritos. Porque sí, a veces el mejor plan es no hacer nada… excepto cocinar algo que te abrace desde dentro.

Cuando el ánimo está por los suelos, un buen plato casero puede ser ese empujón que necesitamos. Y si a eso le sumas una tarde tranquila sobre nuestras colchonetas para palets, el combo perfecto para recargar energía está servido. En este post te contamos algunas recetas que no solo alimentan el cuerpo, sino que reconfortan el alma.

1. Cucharas que curan: sopas y cremas para el alma

Las sopas tienen algo especial. Tal vez sea el calor que desprenden, el olor que se extiende por la cocina o simplemente la textura suave que reconforta con cada cucharada. Sea lo que sea, funcionan. Y no necesitas complicarte la vida para prepararlas.

Una de nuestras favoritas para días grises es la crema de calabaza con toque de jengibre. Solo necesitas calabaza, zanahoria, una patata pequeña y un poco de jengibre fresco. Se rehoga todo con cebolla y se cubre de caldo de verduras. Tras hervir y batir, tendrás una crema suave, dulce y ligeramente picante que te calienta de dentro hacia fuera.

Otra opción ganadora es la sopa de ajo, también conocida como sopa castellana. Con pan del día anterior, ajos laminados, pimentón y un huevo por comensal, puedes montar un plato humilde pero contundente que resucita hasta el ánimo más apagado.

Y si te apetece algo con un punto internacional, prueba con una crema de lentejas al estilo indio, con cúrcuma, comino y un chorrito de leche de coco. Ideal para desconectar y sentirte en otro lugar, sin moverte de casa.

2. Platos de horno que saben a hogar

El horno es ese aliado que cocina por ti mientras te dedicas a cuidarte. Y lo mejor es que los platos que salen de ahí suelen tener ese punto de "hecho en casa" que tanto reconforta. Aquí te damos algunas ideas que siempre funcionan.

Empezamos con un clásico infalible: lasaña de carne y verduras. Puedes hacerla con una base de sofrito de cebolla, pimiento y calabacín, añadir carne picada y salsa de tomate, montar capas con placas de pasta y bechamel, y gratinar con queso. El resultado es un abrazo en forma de comida.

Si buscas algo más ligero pero igualmente sabroso, te proponemos unas verduras al horno con queso de cabra y miel. Corta boniato, zanahoria y calabacín en rodajas, hornéalos con un toque de aceite de oliva y coloca por encima rodajas de queso de cabra y un hilo de miel. Puro mimo.

Y para un homenaje de esos que solo te das cuando el día ha sido muy largo, una musaka griega puede ser tu elección estrella. Berenjena, patata, carne especiada y una bechamel con nuez moscada. Se tarda un poco más, sí, pero el resultado vale cada minuto.

3. Dulces que levantan el ánimo

No podemos hablar de recetas reconfortantes sin mencionar los dulces. No se trata de empaparte de azúcar, sino de elegir esos postres caseros que te conectan con recuerdos bonitos, con aromas de infancia o con momentos tranquilos.

Un básico que nunca falla es el bizcocho de yogur. Se hace con la clásica fórmula del yogur como medida (1 yogur, 3 de harina, 2 de azúcar, 1 de aceite, 3 huevos, levadura y ralladura de limón o canela). Puedes añadir nueces, trocitos de manzana o incluso pepitas de chocolate. Es rápido, fácil y huele a hogar.

Para quienes buscan una opción más reconfortante aún, la tarta de queso al horno es imbatible. Con una base de galletas y mantequilla, y una mezcla de queso crema, huevos y azúcar, puedes hornearla hasta que quede cuajada pero suave por dentro. Sírvela templada o fría, con mermelada o sin nada. Siempre gana.

Y si el día pide chocolate, no hay nada como unas galletas caseras con chips de chocolate. Mezcla mantequilla, azúcar moreno, harina, huevo y chocolate troceado. Haz bolitas, hornea unos minutos y disfruta del aroma más terapéutico que existe.

 

Porque cuidarte también es cocinar

A veces olvidamos que cocinar para uno mismo es también una forma de autocuidado. Preparar algo rico, tomarte tu tiempo y sentarte a saborearlo sin prisas es una forma de decirte: "me lo merezco".

En este post hemos querido compartir contigo algunas de nuestras recetas reconfortantes preferidas, de esas que ayudan a que el día termine mejor de lo que empezó. Son fáciles, sabrosas y, sobre todo, están pensadas para que disfrutes no solo del resultado, sino del proceso.

Así que la próxima vez que tengas un día gris, en lugar de tirar de comida rápida o dejar que el desánimo te gane, entra en la cocina y prepárate uno de estos platos. Verás cómo cambia todo.

¿Tú también tienes alguna receta que te reconforta? ¡Nos encantará descubrirla contigo!

Publicado el
Los comentarios se encuentran desactivados en este post.
Tiempo de carga: 0.078 segundos